Importante empresa del sector de la construcción precisa incorporar, siguiendo su plan de expansión, un Ingeniero Técnico o Superior de Instalaciones con presencia en España y Sudamérica. Requisitos mínimos: 8 años de experiencia, conocimiento avanzado de software y programas de cálculo de instalaciones, y disponibilidad para viajar. Salario: 15.000€ - 20.000€ al año.
Con estas escasas palabras me llegaba el otro día una oferta de empleo digna de caso de estudio, y a la que he decidido dedicarle la reflexión de este mes (copio abajo la oferta original, eliminando nombre de la entidad contratante para centrarnos en el contenido y no el continente).
Este tipo de ofertas son decepcionantes y preocupantes, no nos engañemos. Una proceso de selección de este tipo supone un daño para el sector de la construcción, para la profesión de ingeniería, para las escuelas y universidades de ingeniería, y para el gremio de los recursos humanos y captación de talento en general.
Hagamos un breve análisis de todo lo que se abstrae de tan pocas palabras:
Una oferta que no ofrece nada. Obviamente ofrece “empleo”, pero no plantea ningún elemento mínimamente atractivo sobre la oportunidad laboral: como opciones de formación, planes de desarrollo profesional, beneficios adicionales, clima laboral de interés. Las relaciones laborales, y sobre todo a estos niveles mas profesionalizados, deben ser bi-direccionales; esto significa que debemos hacer la empresa atractiva para atraer a personas de calidad.
Capacidad de venta inexistente. La venta no solo consiste en cerrar un contrato con un cliente, la venta es mucho más sofisticada y compleja, la venta es hacer atractiva tu empresa y productos a tus empleados, proveedores, colaboradores, clientes, y otras partes interesadas. Con esta oferta se pierde una oportunidad de venta directa a empleados, y de venta indirecta otras partes interesadas.
Las personas no importan. El poco cuidado que se le da al demandante de empleo solo deja entrever como podría ser la realidad de trabajar en un entorno así. Claramente no será por motivación por lo que alguien decida mandar su curriculum.
Ausencia de alma. No hay referencia inspirational alguna a lo que la empresa persigue, a cuál es su propósito, o el “por qué” existe, o “qué” persigue. Una empresa sin alma, esta condenada a no resistir en el tiempo, y está condenada a no disponer de talento, que será el que haga la empresa crecer.
No explica las funciones ni responsabilidades a desempeñar en el puesto de trabajo. Esta es una información mínima que necesita una persona para decidir si mandar su curriculum. No está claro qué debe de hacer la persona en su día a día, ni qué nivel de responsabilidad tiene (proyectos, presupuestos, gestión de equipos, venta, etc). Claramente la empresa no sabe qué busca.
No explica la experiencia requerida. Más allá de mencionar que se han de tener 8 años de experiencia, haber cursado ingeniería, y conocer software de calculo de instalaciones, no sabemos qué necesitan. Los años de experiencia son importantes, pero es más importante detallar el tipo de experiencia concreta que necesitamos: gestión de clientes, redacción de contratos, preparación de ofertas, calculo de instalaciones de tipo X, supervisar cálculos de instalaciones...).
Viajar es gratis. Esto es habitual, por pedir que no falte, pero los viajes implican una logística familiar y un nivel de compromiso, que debe ir ligado a una retribución o nivel de responsabilidad. La oferta debería especificar cuántos días al mes de viajes se estiman, o porcentaje de tiempo de viaje estimado; y también indicar si son viajes locales, europeos, internacionales, etc.
El salario no importa! Esto es lo mejor. Al margen de la confusión de mencionar el salario primero en Euros y luego en Dólares, el colofón es ofrecer entre 15.000 -20.000 €/año a una persona que ha estudiado ingeniería, que debe de tener 8 años de experiencia, y que además debe viajar (sin precisar cuanto). No lo entiendo, el salario mínimo interprofesional en España (aplicable a alguien sin estudios y sin experiencia) es de 14.700€. Tan solo la mención salarial que hace la oferta resulta insultante.
Fuera el lenguaje inclusivo. Como cabe esperar, no usa un lenguaje inclusivo, a estas alturas. Parece entenderse por tanto que buscan un ingenierO masculinO (dispuesto a sufrir, desde luego), obviando cualquier ápice de educación hacia mujeres que han cursado ingeniera y puedan estar interesadas.
La “patita” escondida. Y para terminar, no hay información alguna sobre la entidad ofertante. El puesto esta publicado por una Empresa de Trabajo Temporal sin ninguna referencia a la entidad con la que pasaríamos 8 horas al día trabajando.
Es muy preocupante que sigamos viendo ofertas de empleo de este tipo, y sin duda confirma que aún existe una inmadurez empresarial importante en muchos casos. Hemos de entender que las personas que trabajan en una empresa pueden llegar a ser uno de sus principales activos, dependiendo de cómo los tratemos y cómo los cuidemos. Tiene que ver mucho con la cultura empresarial: una cultura que cuida, respecta, empodera e inspira a su personal, logrará una mayor expansión y crecimiento de su cuenta de resultados, que una cultura donde se considera a las personas como meras “mercenarias” que trabajan por dinero (y encima por poco dinero).
Son ejemplos como este los que me han inspirado junto a mis colegas de OIC, a crear la Escuela de Agentes del Cambio. Se trata de un espacio de aprendizaje que persigue que la innovación y la buena gestión sean accesibles para todas las personas. Para ello empezaremos ofreciendo recursos y herramientas de actualidad, con el propósito de crear una comunidad de personas formadas capaces de actuar e influir positivamente su entorno.
> Visitar Escuela de Agentes del Cambio
Estaré encantado de recibir tus comentarios sobre contenidos formativos a los que te interesaría acceder en estos momentos.
¡Muy buena!